La Línea Negra
Álvaro Hernando
Cardona González
Artículo publicado el 06 Junio 2020 en Diario del Huila
La Línea Negra, ha sido considerada como el límite del
territorio sagrado, ancestral y cultural en la Sierra Nevada de Santa Marta por
las tribus indígenas koguis, arhuacos, wiwas y kankuanos. Fue reconocida jurídicamente
por el Estado por primera vez mediante una resolución en el año 1973 y luego
por la Resolución 837 en 1995 del entonces Ministerio de Gobierno. Esta Línea
recoge tres hitos ancestrales: Bunkwanarwa, Karakui y Gonawindúa (que es exactamente
el Pico Simón Bolivar).
Como es de esperarse, en un país tan injustificadamente
politiquero como este, ha generado muchísima controversia. Por un lado
precisamente porque al convertirse en límite que separa las comunidades
indígenas de las occidentales genera expectativas económicas pero sobre todo
políticas porque al reconocerse la autonomía política que se definió en la
Constitución Política de 1991 para las entidades territoriales y entre ellas a
los territorios indígenas pues eso no conviene a quienes quieren mantener sus
feudos electorales intactos.
Por esto es que faltando un día antes de terminar su período
y pese a que un año antes se le habían entregado los estudios para ello,
mediante el Decreto 1500 (del 6 de agosto de 2018) el Presidente anterior dispuso
que sobre la totalidad de este territorio se imponga una protección especial,
que obliga a consultar cualquier intervención antrópica dentro de esa geografía
con las comunidades indígenas de la Sierra.
Pero también por otras razones, aunque no alejadas de la
politiquería absurda: por su importancia como franja que debería servir para
establecer las mayores acciones estatales para la protección ambiental y
cultural de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Por esto último, es que además, la Línea Negra, se tomó por
el Artículo 36 de la Ley 99 de 1993 como la delimitación de la jurisdicción de la
Corporación Autónoma Regional para el Desarrollo Sostenible de la Sierra Nevada
de Santa Marta –CSN, como una de las ocho corporaciones autónomas regionales de
desarrollo sostenible que creó y organizó la Ley 99 de 1993. Corporación
Autónoma que luego mediante la Ley 344 de 1996 fue eliminada y nunca logró
organizarse.
El valor ambiental de la Sierra es tan importante que en 1979
fue declarada por la Unesco como Reserva de la Biosfera, del Hombre y de la
Humanidad, y, luego, en el año 2013, un estudio realizado por el Centro de
Ecología Funcional y Evolutiva (CEFE) de Francia, categorizó a los ecosistemas encontrados
dentro de esta área en el puesto número uno de la lista de reservas naturales mundiales
consideradas irreemplazables.
Seguimos insistiendo que Colombia no puede tardar más en
determinar y delimitar las áreas de espacial protección ambiental. Esto
acrecienta los conflictos.
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