Cuerpos lénticos y
tierras
Uno de esos procesos de aprendizaje respecto de estos cuerpos es lo relacionado con
la recuperación de áreas secadas para aumentar la frontera agrícola, sí, tan
necesaria para garantizar la seguridad alimentaria de los colombianos; pero funesta en muchos casos por
la necesidad apremiante de garantizar la
vida y la salud mediante la garantía de un ambiente natural adecuado. Y es que
muchos no saben que en tiempos pretéritos, los cuerpos lagunares eran secados
para aumentar las extensiones rurales y aprovechar sabanas (antes cubiertas por
agua) por supuesto muy ricas en nutrientes. El Estado ayudaba a secar estos
cuerpos hídricos.
Otra lección es ratificar que los lagos, lagunas, ciénagas,
pantanos, etc, no son sólo agua. Son protección de orillas, de espacios
húmedos, de recursos hidrobiológicos, de espacios propicios para la fauna, el
paisaje, etc. En resumen, contribuyen a la protección de la vida y la salud;
esta última ahora con mayor relevancia por los efectos del Covid-19. Existe una
relación estrecha entre el agua y el suelo, y por supuesto, con su ocupación y
uso: es el agua que discurre o está estancada en un cauce o lecho, pero también
hay relación con la ocupación de las áreas aledañas pues no es lo mismo cuando
son inmuebles privados o son públicos.
Las políticas públicas y acciones de recuperación de cuerpos
hídricos deben adelantarse con estas visiones integradoras. Incluso también con
la participación de las comunidades. Porque ellas deben ser escuchadas para
saber por qué tenemos estas situaciones, de qué manera deben ser más eficientes
las acciones, claro, hacer las veedurías para que las actividades estatales y
las inversiones públicas se ejecuten transparentemente, y por supuesto aportar
en la solución respetando las medidas a tomar para la conservación (la gran
parte de la tierra en Colombia es privada o está ocupada.
No es solo tarea del Estado sino de las personas (Art 8 de
la Constitución Política) la conservación y recuperación ambiental, y cuando
demos igual importancia a los deberes a como lo hacemos con los derechos,
realmente veremos los cambios eficientes en nuestra sociedad. El ambiente
natural es de la Nación, no del Estado. Si cambiamos, cambiará nuestro entorno,
en particular el de los cuerpos lénticos.
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