Cambio
climático y agua
Álvaro Hernando
Cardona González
Hace unos años (2007) la
ONU afirmó que sólo quedaban diez años para que pudiéramos frenar la catástrofe
ambiental y climática que se avecinaba,
como consecuencia de las variaciones de la temperatura global del planeta y los
efectos que eso trae. Aunque sin duda ya hemos sufrido varias catástrofes por
no hacer lo suficiente, por supuesto la humanidad sigue su curso.
Hoy la mayor preocupación radica en el agotamiento del
más importante de los recursos: el agua. Colombi, que es hoy la cuarta nación
más rica en recurso hídrico en la
Tierra después de Canadá, Rusia y Brasil no escapa a las
angustias de la población por garantizar más y mayores fuentes de agua
consumible. Por ello la necesidad de conocer, aplicar con mayor rigor y
seriedad y revisar la normatividad vigente aplicable frente a las necesidades
de acceder al agua. Y hoy es más urgente hacerlo, pues además de las
tradicionales causas de deterioro del recurso hídrico, tales como la tala
indiscriminada de bosques, la colonización desordenada, la urbanización causada
por fenómenos de desplazamiento por violencia o fenómenos culturales, el
aumento de vertimientos sin control, el aumento de residuos sólidos, entre
otros, el crecimiento demográfico acabarán con el mundo civilizado al paso que
vamos.
La educación y divulgación sobre la importancia de los
recursos naturales y los elementos naturales (como distingue nuestro Código de
Recursos Naturales) parece que no ha sido suficiente para lograr reducciones
significativas en la demanda irracional del agua, pese a que parezca que
ciudades como Bogotá lo vienen haciendo paulatinamente. Por eso hay que
implementar otras estrategias.
Algunos
han propuesto que se incluya el agua, como recurso natural renovable, en el
mercado y mediante mecanismos de libre oferta y demanda, como en Chile, lo cual
es en muchos casos probado que no alcanza su propósito, entre otras razones
porque la valoración económica es un grupo de enormes variables.
Es hora de aportar desde todo sector de la sociedad para
una solución. Desde el político, desde la escuela, desde la discusión
presupuestal, en los púlpitos y en los hogares. Las transformaciones ambientales
llegaron y transformarán a toda la humanidad; estos problemas no distinguen
entre sur y norte, entre judíos o cristianos o musulmanes. Estos nos afectan a
todos. Incluso esta columna tiene
responsabilidades, aunque a veces ara en
el desierto y soporta la desidia de
muchos, que aún leyendo estas líneas no logran concientizarse de que este
problema también es de ellos. Nos toca a todos. Es de todos y todos debemos
contribuir a solucionar los problemas ambientales mundiales.
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