ALGUNAS CONSIDERACIONES FORMALES
SOBRE INTELIGENCIAS MÚLTIPLES Y
CONCIENCIA AMBIENTAL[1]
Omar Leonardo Coral Taguada[2]
Actualmente, aspirante al título de doctor.
DOCTORADO EN EDUCACIÓN Y CULTURA AMBIENTAL
Universidad Surcolombiana de Neiva
Este ensayo fue presentado en la asignatura “POLÍTICAS PÚBLICAS Y
PROBLEMÁTICA AMBIENTAL"
La
educación como tal, es un proceso social necesario y en ciertos términos
obligatorio para el fortalecimiento de las diversas interacciones comunitarias.
Si bien en el reino animal son posibles muchos procesos de adiestramiento que derivan
en lo que se conoce como mascotas
educadas[3], los términos en los que se hará hincapié son
aquellos en donde la conciencia y autonomía de la especie humana permite el desarrollo
de comportamientos, actitudes, posturas, emociones y cuestionamientos a partir
del aprendizaje y fortalecimiento como tal de nuevas competencias y saberes que
fortalecen la cultura como fase evolutiva (Ángel, 2013. p 74-75).
El
proceso educativo considerado no necesariamente desde el escenario normativo o
como una de las bases de la sociedad sino como una estrategia de adaptación que
potencia al ser humano hacia nuevas posibilidades evolutivas y de progreso, requiere un fuerte compromiso no solo
desde el cumplimiento del deber sino desde el fortalecimiento de la conciencia,
sobre la cual cada individuo asuma de manera autónoma o incluso yendo un poco
más allá, quizás de forma autodidacta el proceso formativo para adquirir o
apropiar los diferentes saberes que le permiten a cada ser humano corresponder
a las necesidades de su entorno. Lastimosamente, en el escenario social, la
educación no ha sido asumida como esa alternativa de progreso y desde los
diferentes niveles educativos (e incluso desde el plano formal como primaria,
bachillerato, universitario y posgrado o desde el plano no formal con los
procesos de formación en competencias laborales) se pueden vislumbrar diversas
fallas que debilitan o sesgan su importancia como motor de desarrollo
individual o colectivo. Caber mencionar que no se está considerando la
inmensidad de problemáticas sociales y económicas que enfrenta la educación
(Montoya, 2021, párr. 10), relacionadas con presupuesto, cobertura, violencia,
micro tráfico, descomposición de los núcleos familiares entre muchos más, que
coartan el derecho a la educación de muchos niños, niñas y jóvenes no solo en
el país sino también en la región y en el mundo.
Ahora
sí, la educación desde la concepción normativa se proyecta como un “proceso de
formación permanente, personal, cultural y social que se fundamenta en una
concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos y de
sus deberes” (Ley 115, 1994, art. 1). Igualmente contempla unos fines que están
relacionados entre otros sobre el hecho de contribuir con el desarrollo de la
personalidad así como también
la
adquisición de una conciencia para la conservación, protección y mejoramiento del
medio ambiente, de la calidad de la vida, del uso racional de los recursos
naturales, de la prevención de desastres, dentro de una cultura ecológica y del
riesgo y la defensa del patrimonio cultural de la Nación (Ley 115, 1994, art 6,
numeral 10).
Bajo
estas premisas se puede centrar un análisis que requiere que tanto el libre
desarrollo de la personalidad y la promoción o fortalecimiento de una
conciencia ambiental estén contempladas fundamentalmente desde el diseño de los
proyectos educativos institucionales (Decreto 1860, Agosto 3, 1994) que incluyen entre otros el modelo
pedagógico al igual que los términos de referencia contemplados en las guías
orientadoras que focalizan saberes, desempeños y competencias (MEN, 2006) de
acuerdo a los diversos aprendizajes que se adelantan como asignaturas
fundamentales.
Estas
particularidades requieren repensar muchos de los procesos que se adelantan en
las instituciones educativas dando lugar a modelos alternativos que promuevan
de una u otra manera las competencias diferenciales para cada estudiante. Sobre
el plano de la conciencia, se requiere que el proceso de enseñanza aprendizaje
busque trascender y permanezca de manera efectiva en las dinámicas escolares de
cada individuo. La conciencia como tal va más allá del solo cumplimiento del
deber, como se mencionó anteriormente sino que requiere la apropiación de
múltiples comportamientos libres de controles policivos[4] en donde la autonomía y
sentido común prevalezcan positivamente sobre el desarrollo de la personalidad.
Considerando
nuevamente los fines de la educación, es prioritario extender, ampliar y
sobretodo enfocar todas las pedagogías y didácticas sobre las particularidades
individuales[5].
Esto es posible desde la comprensión extensa de las capacidades individuales,
gustos, ritmos de aprendizaje e incluso el acervo derivado del núcleo familiar
o social de la persona. Tal como lo menciona Gardner (1983, p 4-8) la mente
tiene diversas estructuras que se expresan en formas de aprendizaje el cual
debe particularizarse de acuerdo a lo que él llama inteligencias múltiples.
Aquí es posible referenciar al menos ocho categorías que describen en forma
general los aprendizajes según las inteligencias múltiples: lingüística,
lógico-matemática, espacial, musical, corporal, naturalista, interpersonal e
intrapersonal. Cada una se expresa en cada persona en diferentes niveles lo que
permite visualizar una alta gama de desempeños en los estudiantes. Sobre esto es
necesario considerar igualmente que cada persona posee todas las inteligencias
múltiples salvo que con un grado diferente de desarrollo (Echeverri, 2011, p 7).
Esto define gran parte de la personalidad de cada quien y por ende también
ejerce influencia sobre el rol profesional que eligen las personas de acuerdo a
los gustos, capacidades y metas trazadas.
Ahora,
sobre el plano de la conciencia ambiental es preciso reseñar no solo lo
necesario que es determinar en qué dimensión (Chuliá 1995, p.4-5) o sobre qué
principio se fundamenta la conciencia, sino también referenciar la escala de
valores sobre la cual se construye. Entonces, a partir del proceso formativo (enseñanza-aprendizaje)
es preciso abordar desde una visión compleja[6] el fortalecimiento o
promoción de una conciencia ambiental desde las particularidades de las inteligencias
múltiples. Es aquí en donde es viable un cambio de paradigma educativo clásico
(el de educación ambiental) hacia un nuevo enfoque basado en la ambientalización de la educación
(Noguera, 2004), “que se inicien con la estimulación de una sensibilidad que,
si bien, ha estado presente en muchos momentos del desarrollo de la modernidad…
no había podido tener presencia en el mismo plano de la racionalidad en todas
sus formas” (p. 88).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Ángel,
A. (2013). El Reto de la Vida.
Ecosistema y Cultura, Una Introducción al Estudio del Medio Ambiente. Segunda
edición. Publicación en línea: www.augustoangelmaya.com. Primera edición: 1996.
Serie Construyendo el Futuro Nº 4. Ecofondo. Bogotá. p 74-75
Chuliá,
E. (1995). La conciencia medioambiental
de los españoles en los años noventa. Asp Research Papers, 1-32. Recuperado
de https://www.asp-research.com/sites/default/files/pdf/asp12a.pdf. p.4-5
Edwards
et al, (8 de enero 2020). ¿Los animales
no humanos pueden ser educados? Animal político. PLUMAJE, Programa
Universitario de Bioética (UNAM).
https://www.animalpolitico.com/una-vida-examinada-reflexiones-bioeticas/los-animales-no-humanos-pueden-ser-educados/
.
Echeverri,
M. (2011) Muchas inteligencias: Una
persona. UDEA.
https://www.udea.edu.co/wps/wcm/connect/udea/10707acf-cbab-4365-b56f-715b32df4874/096+Muchas+inteligencias+-+una+persona.pdf?MOD=AJPERES&CVID=lSulPGq#:~:text=Mientras%20la%20mayor%C3%ADa%20de%20las,y%20usa%20de%20diferentes%20maneras.
p 7
MEN
(2006). Estándares básicos de
competencias. Ministerio de Educación Nacional. Imprenta Nacional de
Colombia. Bogotá.
Gardner,
H (1983) Estructuras de la Mente. La
Teoría de Las Inteligencias Múltiples. FONDO DE CULTURA ECONÓMICA. Sexta
reimpresión (FCE, Colombia), 2001. p 4-8
Montoya,
I. (13 de mayo 2021). Meditaciones
Absurdas. Cuatro problemas sobre la educación en Colombia (I).
El Espectador. https://blogs.elespectador.com/cultura/meditaciones-absurdas/cuatro-problemas-la-educacion-colombia-i.
Morín,
E. (1995) Introducción al pensamiento
complejo. Buenos Aires: Gedisa, 1995.
Noguera,
A. (2004). El reencantamiento del mundo. PNUMA - Oficina Regional para América
Latina y el Caribe. Universidad Nacional de Colombia. IDEA. Manizales. P. 88.
Congreso
de Colombia. (8 de febrero de 1994). Artículo 1, Artículo 9. [Título I]. Ley
General de Educación. [Ley 115 de 1994]. DO: 41.214.
Ministerio
de educación nacional. (Agosto 3 de 1994) Decreto 1860/1994. Por
el cual se reglamenta parcialmente la Ley 115 de 1994, en los aspectos
pedagógicos y organizativos generales. https://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-86240_archivo_pdf.pdf
[1]
Ensayo preparado entorno al seminario “POLÍTICAS PÚBLICAS Y PROBLEMÁTICA
AMBIENTAL“, orientado por el docente-investigador Álvaro Hernando Cardona
González.
[2]
Estudiante del Doctorado en Educación y Cultura Ambiental cohorte V.
Universidad Surcolombiana 2022.
[3]
Haciendo una referencia cercana a lo contemplado por Edwards (2020) quien
indica que “para especies no humanas (ENH) sólo se habla de su condicionamiento,
entrenamiento o adiestramiento, pero dentro del campo de la Pedagogía, jamás de
su educabilidad” (párr. 3).
[4]
Frente a los cuales una persona asume actitudes solo y únicamente cuando recibe
una contraprestación o está pendiente una retribución, obviamente fuera del
contrato laboral
[5] En
este aparte se asoma en extremo la utópica educación personalizada que requiere
entre otras cosas muchos profesionales atendiendo casos particulares, a la vez
que la disponibilidad de recursos para satisfacer necesidades puntuales.
[6]
Relacionada directamente con el pensamiento complejo propuesto por Morín (1995,
p. 11) según el cual todo está relacionado con todo. Rompe el paradigma
reduccionista de análisis de sucesos aislados e indica que hay una alta
articulación entre todos los fenómenos naturales y sociales.
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