jueves, julio 09, 2020

Los impactos de la energía solar


Álvaro Hernando Cardona González
(Artículo ajustado del publicado el 23 de marzo de 2019 en Diario del Huila)

En el año 2019 la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales-ANLA- de Colombia, anunció que aprobó la primera licencia ambiental para la generación de energía fotovoltaica (es decir, transformación de la radiación solar en energía eléctrica) para ejecutarse en el departamento del Cesar.

Así se conoció que este proyecto consiste en la construcción de un complejo solar conformado por cinco plantas instaladas para sumar 100 megavatios de corriente alterna, con una producción aproximada de 41.500 MWh/año durante 30 años.

De la solicitud de la licencia y de las visitas que debió practicar la ANLA para conceder la licencia y definir el Plan de Manejo Ambiental-PMA se desprende que este proyecto tiene poco más de 156 hectáreas, donde los paneles ocupan aproximadamente 105 hectáreas en donde estarán instalados 250.000 módulos fotovoltaicos.

También de los estudios de impacto ambiental, en los cuales se soporta la licencia y el PMA, se espera que con la sustitución de este tipo de generación se reduzca en 150.000 toneladas de emisiones de CO2 al año,  que estiman es la misma cantidad que podrían capturar 9 mil hectáreas de bosque húmedo en un año.

Para tener una idea de las dimensiones de los proyectos, la represa para almacenar agua para la generación eléctrica de El Quimbo inundó 8.500 hectáreas. A lo que debe agregarse que supuso casi tres veces eso en área dedicada a las compensaciones que se impusieron como consecuencia de los impactos sociales (cambios de actividad de pobladores) y ambientales (reposición de las áreas forestales y vegetales cubiertas luego por sus aguas).

Con el inicio de este proyecto y muchos similares que están presentándose a consideración de las corporaciones autónomas regionales y la ANLA, el país de verdad está empezando a sustituir fuentes de energía con recursos naturales no renovables (como el carbón) y ojalá pronto las de generación con sistemas hídricos. Por eso llega el momento de ponernos de acuerdo en los impactos ambientales de estos y sobre cómo vamos a evitarlos, mitigarlos, corregirlos o compensarlos. Porque hoy no se avizora mayor conflicto con los pobladores vecinos como ocurre con los actuales, pero seguramente llegarán; por ejemplo, ¿cuál es el impacto del reflejo solar que surgirá de estos paneles solares respecto de lo que hace el espejo de agua de las hidroeléctricas? También será necesario cambiar usos del suelo en regiones con mayor exposición solar que otros. Incluso, ya nos preguntaremos si es factible usar en otras actividades los suelos sobre los cuales se levantan los paneles y los efectos en la fauna especialmente aviar.

Cuando los conflictos sociales aumentan por motivación ambiental o con su excusa, bien vale la pena hacer exponer los impactos que están dejando las diversas fuentes energéticas.