sábado, febrero 12, 2022

Ambiente natural y empresas

 Es un axioma que el ser humano no podría haber existido sin un medio natural adecuado, particular y muy especial. Tanto, que lo condiciona. El ser humano es como el medio lo ha creado y transformado. Y por supuesto también es axioma, que necesita un medio natural muy particular para supervivir.

Sin embargo, las capacidades especiales, como la inteligencia y habilidad que justamente el medio dotó, le han permitido al hombre modificar el medio. Y tanto, que irónicamente terminó afectando dramáticamente su salud, generó todo tipo de conflictos sociales y ahora lo acerca peligrosamente a su extinción y de paso a la de los demás seres vivos.

Las actuales generaciones deben sopesar mucho sus decisiones de vida. Y cobrarnos sin cortapisas a todas las anteriores, los costos de las difíciles decisiones y acciones que deben tomar.

Estas reflexiones deben facilitar entender que, en todas las esferas de la sociedad, los problemas medioambientales, deben estar entre sus prioridades. La incorporación de la ética, la gestión, las políticas públicas y acciones ambientales también concierne a las empresas. 

Si entendemos por empresa, a la unidad productiva agrupada y dedicada a desarrollar una actividad económica con ánimo de lucro, esto es, transformadora de diversas maneras de los recursos naturales renovables y del ambiente natural, es fácil entender que ella no puede escapar al deber de contribuir con la conservación y la recuperación ambiental.

Si el ser humano forma e integra a las empresas, evidentemente, también es su responsabilidad, por medio de ellas, adelantar sus gestiones económicas comprendiendo las relaciones con los entornos naturales. De hecho, esas gestiones son fundamentales para la sostenibilidad económica de las empresas.

Lo había dicho el informe Los límites del crecimiento, que encargó el Club de Roma (organización creada por empresarios y políticos en 1968) publicado en 1972, en la más destacada de las conclusiones de los autores (expertos del MIT) que, gracias a un análisis cuantitativo basado en un modelo que calculaba futuros resultados de la economía mundial, llevó a suponer cuánto iban a durar los recursos naturales. Como entonces, es claro que este ritmo de crecimiento acelerado de la economía llevó a la humanidad a alejarse de un desarrollo sostenible y acercarse a la extinción.

La conservación, primero, y más aún, la recuperación ambiental luego, es responsabilidad con nosotros mismos. Eso debemos reflejarlo en la gestión empresarial con la que transformamos al medio natural para acrecentar la productividad, generar riqueza y empleo, y mejorar la calidad de vida. Contradictorio menoscabarla. Hay que innovar y nadie lo hace mejor que los empresarios.


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