sábado, junio 04, 2016

Es el momento de las energías alternativas

Por: Álvaro Hernando Cardona González

Un experto en energías, que trabaja con la organización WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) le recomendó a nuestro país “no cerrar los ojos ante las energías alternativas”. La amenaza de un posible apagón nacional, que hoy tiene ahorrando energía a los colombianos por la improvisación y hasta mal uso de recursos captados de la sociedad por las autoridades, evidencia el frágil sistema energético del país, y cómo se han privilegiado costosas e insostenibles fuentes energéticas, revelando una enorme brecha en el desarrollo de energías renovables.

Ante la crisis, el WWF, hará una petición al Gobierno a comienzos de abril, para impulsar las energías renovables no convencionales como la solar, la eólica y la geotérmica. En buena hora porque nuestros gobiernos han sido tercos, incluso desde este espacio hemos hecho llamados para que Colombia, que tiene potencialidades inmensas y privilegiadas, estimule las energías generadas por vientos y sol.

Actualmente, apenas el 0,2 por ciento de la energía del país proviene de estas fuentes alternativas y el potencial para explotarlas es como ya dijimos vasto. Sólo basta calcular la cantidad de exposición solar que disfrutamos en Colombia todo el año para imaginar cuánto podemos generar al menos para sustituir la energía de las termoeléctricas y potenciar la riqueza hídrica nacional para generar aprovechando más las corrientes sin necesidad de almacenar agua.
Es que las estadísticas de generación eléctrica indican que Colombia tiene el 70 por ciento por hidroelectricidad y el 30 por ciento por otras fuentes; básicamente, 25 por ciento de su capacidad es de térmicas con gas y 5 por ciento, con carbón.

La actual capacidad instalada en el país es de 16 GW. Además, se estima que la demanda total de Colombia va a crecer en un 3,5 por ciento en la próxima década. Eso implica que la capacidad instalada tiene que aumentar entre 4.000 y 6.000 megavatios. Tan sólo con el potencial eólico del país  podríamos cubrir la demanda de ahora, y de la próxima década. Si a eso se le suma el potencial solar y el geotérmico, el sistema eléctrico colombiano podría adaptarse a los cambios del clima favorablemente.

Entre tanto, otros países en América Latina, que también se han visto afectados por la vulnerabilidad de los precios de los combustibles, están en una mejor posición, porque han empezado a diversificar su portafolio de energía eléctrica.

No podemos esperar más en Colombia, hemos sido exportadores de energía y debemos mantenernos así y autónomos comenzando ahora y asegurando el porvenir a las generaciones venideras.

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