jueves, abril 01, 2021


Desarrollo y sostenible

Nuestro país ha enmarcado el desarrollo nacional, dentro del modelo de denominado desarrollo sostenible. Colombia de hecho fue la primera nación que lo incluyó en la Constitución Política en 1991, un año antes de que se consagrara en la Declaración de Río de Janeiro.

Los jueces y tribunales han venido retomando su noción y alcance. Por ejemplo, si se repasa la trascendental sentencia de segunda instancia proferida por el Consejo de Estado (Rad: 15001-23-33-000-2014-00223-02) mediante la cuan zanja los reparos planteados contra una sentencia del Tribunal Administrativo de Boyacá dentro de la acción popular que instauró la Defensoría del Pueblo contra la Corporación Autónoma Regional de Boyacá, la Agencia Nacional de Minería y otros, se halla que la noción del Desarrollo Sostenible, que surge de estudios de las Naciones Unidas y es incorporado en la Constitución Política de Colombia en su Artículo 80 como el modelo económico nacional, es el mecanismo para “guiar las relaciones sociales, ambientales y económicas” y debe facilitar “el proceso de armonización de las tensiones existentes entre el suelo y la explotación de los recursos naturales, con la necesidad de conservar y proteger el ambiente”

Lo que surge de estas premisas es que debe haber desarrollo (progreso, satisfacción de las necesidades crecientes de la población, riqueza, etc) pero protegiendo el ambiente, no entendido como que este no se puede tocar y va permanecer intacto, sino que se va a evitar en lo posible variarlo y si no, se adoptan las medidas para recuperarlo o compensarlo. Ahí están las discusiones.

Como manifestó alguien, el desarrollo sostenible debe servir para dos propósitos: 1. salvaguardar el ambiente natural, 2. salvaguardar también la economía.

Hoy los insensatos, los que usan al ambiente para hacer politiquería, por supuesto no sinceran los problemas que trae este modelo universal.  Debemos esforzarnos por aclimatar los ánimos ambientales, empezando por sincerarlos y usar el sentido común antes que cualquiera otro para solucionar nuestros problemas. Debemos detener el conflicto social por causa o con la excusa de la protección ambiental.

Ejemplo: ¿la minería genera impactos? Por supuesto. Lo hace a veces menos que la ganadería. Pero necesitamos minería para la construcción de casas, acueductos, infraestructura…

Debemos promover más desarrollo y sostenible. Y eso no se hace impidiendo crear y estimular las empresas y el empleo. ¡Tontos! ¡Insensatos! Daño hacen quienes así piensan y promueven más violencia. Debemos usar nuestra inteligencia para no discutir si dejamos o no hacer, y en cambio hallar cómo hacerlo mejor. Muy fácil es decir NO. Muy difícil decir CÓMO.

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