miércoles, abril 17, 2024

LA EDUCACIÓN AMBIENTAL PARA LA SOSTENIBILIDAD: una práctica desde los pueblos indígenas

Zayra Milena Botina García

Actualmente, aspirante al título de doctor.

Este ensayo fue presentado en la asignatura “POLÍTICAS PÚBLICAS Y PROBLEMÁTICA AMBIENTAL" del DOCTORADO EN EDUCACIÓN Y CULTURA AMBIENTAL

Universidad Surcolombiana de Neiva

(Se publica previa autorización del autor) 

 

Estamos ante “…una nueva esquizofrenia: protegemos el ambiente «natural» y degradamos cada vez más el ambiente en el que vivimos” (Mayer, 1998, 220)

 

 

Es evidente, la preocupación a nivel mundial, del accionar del hombre frente al deterioro ambiental; “la causa principal es que se están produciendo cambios drásticos y sin precedentes y que la humanidad es directamente responsable” (Organización, 2020, p.10). En su afán de acumular capital el homo industrialis, a acudido a acciones como la sobre explotación y mal uso de los recursos naturales. De esta manera, se manifiesta la obtención económica mediante la superproducción y consumo, adoptada por una sociedad globalizada en la que se anteponen los beneficios lucrativos antes que los de conservación; dicha problemática, ha invadido los diversos escenarios (social, cultural, económico, científico, educativo, político, ético y tecnológico) convirtiéndose por ello en un aspecto de importancia global.

Es por eso, que se hace necesario el cambio de prácticas, a través de la educación tal como ya lo dispone la Constitución Política de Colombia [Const]. Art. 67. 7 de julio de 1991 donde considera que es la principal herramienta de formación para el mejoramiento cultural y la protección del ambiente, debido a que estamos llegando a un punto donde la ética planetaria hace cada vez más presente las actividades y el comportamiento de todos los seres humanos, del ser individual y de sus colectividades (Boff, 2001).

Así mismo,  la Ley General de Educación numeral 10 declara como uno de los fines de la educación

la adquisición de una conciencia para la conservación, protección y mejoramiento del medio ambiente, de la calidad de la vida, del uso racional de los recursos naturales, de la prevención de desastres, dentro de una cultura ecológica y del riesgo y la defensa del patrimonio cultural de la Nación (L. 115, 1994, art 5)

Emerge entonces la educación y especialmente la Educación Ambiental (EA), como una de las respuestas frente a la mencionada crisis ecológica. La EA se define en el artículo 1 de la Ley 1549 (2012) como un proceso activo e inclusivo donde todos los individuos debemos pensar de una manera crítica sobre las problemáticas ambientales del territorio. Se potencializa como herramienta clave para que la sociedad interprete y analice las reacciones de la naturaleza, reconociendo que el entorno natural tiene capacidad limitada para la regeneración, convirtiendo a muchos de nuestros recursos naturales en finitos.

Frente a este panorama crítico por el que atraviesa la biosfera, en el campo educativo juega un papel fundamental la actualmente conocida Educación Ambiental para la Sostenibilidad (EApS). Entendida ésta, según Aguilera (2018), como un mecanismo de cambio y conciencia en busca de soluciones a problemáticas ambientales en el mundo globalizado, que se convierte en un factor determinante para lograr el desarrollo y supervivencia de la sociedad (Hayk y Carrión, 2021). De tal manera que se pueda “Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades y aspiraciones” (Informe de Brundtland,1987, p. 8.).

Vistiéndose, como vía promisoria para que la sociedad, reconozca el valor sistémico del ambiente y lo que él ofrece (Flores y Mosquera, 2013). En tal sentido, y como señala Novo (2009):

            Si entendemos la sostenibilidad como una meta que persigue nuestra especie para mantener de forma armónica la sociedad humana sobre el planeta, tomaremos esta idea como un horizonte que nos sirve para organizarnos no sólo en el corto y medio plazo, sino también a largo plazo, buscando salvaguardar y preparar una buena calidad de vida para las generaciones futuras (p.5).

No obstante, aunque son numerosos los estudios, advertencias y propuestas de acción, para mitigar las problemáticas ambientales (Nay y Cordero, 2019). Aún no se logra apropiar en la sociedad los valores adecuados para hacer frente a dichas problemáticas. Quizá, la causa principal de ello sea la falta de concienciación del ser humano sobre la importancia del ambiente, por lo que es necesario, una trasformación fundamental en la visión que la sociedad tiene del mundo (Espejel y Flores, 2012). Esto implica pensar en un cambio de paradigma, en el que aspectos como la educación, ciencia, economía, política, el mundo físico y cultural se contemplen desde una visión sistémica para el desarrollo y bienestar de los habitantes del planeta.

Es así, que se hace necesario realizar un diálogo intercultural donde las cosmovisiones de los pueblos indígenas se integren en la práctica de la educación ambiental sostenible tomando como principio que la naturaleza y el hombre son uno solo, atendiendo así al artículo 22 de la ley 99 de 1993 donde hace alusión al “fomento y difusión de la experiencia ambiental de las culturas tradicionales”, teniendo en cuenta sus conocimientos, técnicas y experiencias para fortalecer la cultura ambiental; tal como lo sostiene Ulloa (2007) “en particular, los pueblos indígenas alrededor del mundo están situando sus percepciones, concepciones y prácticas acerca de la naturaleza como alternativas frente a los actuales cambios ambientales” ( p.304 )

Considerar los saberes de los índigenas como una posibilidad para recuperar la relación armónica entre la naturaleza y el ser humano obtiene gran importancia en la medida que nos compromete a cuidar y preservar lo que nos rodea. En ese entendido, se puede reconocer que “los pueblos indígenas tienen un arraigo con el territorio que va más allá de la concepción material de las cosas, sus principios están basados en la cosmovisión, la relación del hombre con la tierra”  (Cardona, 2006, p.3a)

Entonces, se debe reconocer que necesitamos adquirir de manera urgente conciencia, valores, técnicas y comportamientos ecológicos y éticos que nos hagan volver la mirada al territorio como la única morada que debemos cuidar y preservar para poder compartirla con las futuras generaciones dándole “aplicabilidad a los principios que establecen los pueblos indígenas mediante lo mítico, lo sagrado, lo espiritual y lo cosmogónico, que es la fuente de la vida” (Cardona, 2006, p.4b) 

REFERENCIAS

Aguilera, R. (2018): La educación ambiental, una estrategia adecuada para el desarrollo sostenible de las comunidades, Revista DELOS Desarrollo Local Sostenible n.31 (febrero 2018). En línea:https://www.eumed.net/rev/delos/31/roberto-aguilera.html

//hdl.handle.net/20.500.11763/delos31roberto-aguilera

 Bayón, P. (2006). Educación ambiental, participación y transformación social sostenible en Cuba. Revista Interface, 2(4), 89-104. Recuperado de http://biblioteca.filosofia.cu/php/export.php?format=htm&id=2335&view=1

 Boff, L. (2003). Ética y moral. La búsqueda de los fundamentos (5ª ed.). Bilbao: Editorial Sal Terrae.

 Cardona, G. A. A. (2006). El territorio y su significado para los pueblos indígenas. Luna Azul23, 1-de 5.

 Espejel Rodríguez, Adelina, & Flores Hernández, Aurelia. (2012). Educación ambiental escolar y comunitaria en el nivel medio superior, Puebla-Tlaxcala, México. Revista mexicana de investigación educativa17(55), 1173-1199. Recuperado en 04 de abril de 2024, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-66662012000400008&lng=es&tlng=es.

 Flórez, C. G., & Mosquera, J. (2013). La relación ser humano-naturaleza frente a los derechos fundamentales en el territorio. Alimentos Hoy, 21(28), 79-96. ISSN 2027-291X.

 Hayk, P. y Carrión León, K. (2021). Barreras para la educación ambiental en la educación secundaria. Revista Conrado, 17(S1), 153-158. https://conrado.ucf.edu.cu/index.php/conrado/article/view/1761

 Informe Brundtland Nuestro Futuro Común, elaborado por la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo en el que se formaliza por primera vez el concepto de desarrollo sostenible.2,1 1987

 Mayer, M. (1998). Educación ambiental: de la investigación a la acción. Enseñanza de las Ciencias, 16, 217-231.

 Nay-Valero, M., & Cordero-Briceño, M. (2019). Educación Ambiental y Educación para la Sostenibilidad: historia, fundamentos y tendencias. Encuentros, 17 (2), 24-45.

 Novo Villaverde, M. (2009). La educación ambiental, una genuina educación para el desarrollo sostenible. Revista de educación.

 Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [Unesco]. (2020). Educación para el Desarrollo Sostenible. Hoja de ruta.

 Ulloa, A. (2007). La articulación de los pueblos indígenas en Colombia con los discursos ambientales, locales, nacionales y globales. Formaciones de indianidad. Articulaciones raciales, mestizaje y nación en América Latina, 287-326.

 Normas

 Constitución Política de Colombia [Const]. Art. 67. Julio 7 de 1991. 2da Ed. Legis

 Ley 1549 de 2012. Por medio de la cual se fortalece la institucionalización de la política nacional de educación ambiental y su incorporación efectiva en el desarrollo territorial. Julio 5 de 2012. DO.N° 48482

 Ley 99 de 1993. Por la cual se crea el ministerio del medio ambiente. Diciembre 22 de 1993. DO.N° 41146


Ministerio de Educación Nacional. (1994, 8 de febrero). Ley 115 de 1994. Recuperado de 
https://www.mineducacion.gov.co/articles-8590...

  

 

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